Póker Seven Card Stud: Guía práctica
El póker es uno de los juegos de cartas más populares del planeta y, al igual que sucede con otros juegos de casino, existen múltiples modalidades del mismo. En este sentido, la gran cantidad de variantes de póquer disponibles, entre las que se encuentran Texas Hold´Em u Omaha, entre otras, permite a los jugadores seleccionar entre un amplio abanico de posibilidades. En esta ocasión, abordaremos uno de los tipos de póquer más interesantes.
Se trata del formato Seven Card Stud, una de las variantes clásicas del póker que tiene la particularidad que se le reparten siete cartas a cada jugador mientras se juega la mano, pero con el detalle de que solamente se utiliza la mejor mano de cinco cartas que cuente disponible. El que de ellos tenga el mejor juego, es quién se llevará el cúmulo de apuestas.
Cabe destacar que, además de la condición de formar el juego con siete cartas, una de las principales diferencias que se encuentra dentro de esta variante es que las apuestas cuentan con un límite establecido, que generalmente se suele duplicar con el desarrollo de las manos. A continuación, te acercaremos todo lo que debes considerar para conocer más en profundidad esta modalidad y puedas disfrutar de la mejor manera este juego.
Características Seven Card Stud
La partida de Seven-Card Stud comienza con una apuesta de todos los jugadores, que varía de acuerdo con diversas circunstancias. En un principio, a cada jugador se le otorgan tres cartas, dos de las cuales quedan boca abajo y una a la vista del resto de los jugadores. De esta manera queda determinado el bring-in, que es el jugador con la carta más baja y el que queda obligado a ser el primero en actuar. La mano continúa en el sentido de las agujas del reloj hasta que la ronda de apuestas haya terminado.
Cabe destacar que cuando dos o más jugadores tienen una carta o un par del mismo valor, lo que se utiliza para determinar el bring-in es el palo de la misma. Los mismos, desde el más bajo hasta el más alto, están clasificados desde los tréboles, pasando por los diamantes, los corazones y las picas, que es el más alto.
En el caso de que el jugador con la carta expuesta más baja en la tercera calle haga all-in en el ante y, por tanto, no pueda realizar la apuesta inicial necesaria, el bring-in se desplazará en el sentido de las agujas del reloj hacia el siguiente jugador en la mesa, independientemente del valor de la carta expuesta por dicho jugador.
Al igual que en cualquier otra modalidad de póquer, en Seven Card Stud cada jugador en el turno puede tomar la determinación de apostar, pasar o retirarse. Obviamente, la posibilidad de pasar estará disponible solamente si no ha apostado nadie aún. En el caso de que ya haya una apuesta previa, las variables pasan por igualar, subir o retirarse. Una vez que se llega a la igualdad entre dos o más jugadores se pasa a la siguiente mano, y así sucesivamente.
Luego, cada jugador recibe ahora otra carta expuesta, la cuarta en total. En esta oportunidad, el primer jugador en comenzar la mano es aquel que posee la mejor mano de póker visible en sus cartas expuestas. A continuación, cada jugador recibe otra carta expuesta y, nuevamente, el primer jugador en actuar es aquel que tenga la mejor mano de póquer visible en sus cartas expuestas, con la mano girando consecuentemente en el orden de las agujas del reloj.
Esto mismo se repite en la quinta carta abierta, pero con la salvedad de que durante el resto de la mano, todas las apuestas se realizan en la máxima determinada a ese momento, es decir, esta apuesta y las siguientes comenzarán en el jugador que posea la mejor mano en la quinta calle. Lo mismo se repite en la sexta y en la séptima, donde se forma el river.
Allí, cada jugador recibe otra carta, pero de manera cubierta, que solamente la puede observar el jugador que la recibió. El primer jugador en actuar es aquel que tenga la mejor mano de póquer en el marco de las cartas que están a la vista. Luego, en el caso de que dos o más jugadores lleguen en igualdad de apuestas a la última mano, se realiza el showdown, que vendría a ser el duelo final.
El showdown
Como dijimos anteriormente, esta situación en Seven Card Stud se da solamente si hay igualdad de dos o más jugadores en la última ronda, de lo contrario, el jugador que haya efectuado la máxima apuesta se llevará el bote.
Si tras finalizar la última ronda de apuestas se mantiene o se consigue una igualdad, el último jugador en apostar o subir la apuesta deberá enseñar sus cartas. En el caso de que en la última ronda no haya habido apuestas, el jugador que ocupe el primer asiento será el primero en desvelar sus naipes. Luego, las demás manos que participen en el showdown se irán mostrando en la dirección de las agujas del reloj.
A partir de ese momento, el jugador forma juego con sus mejores cinco naipes y el que tenga la mejor mano se llevará el bote. Al igual que en cualquier otra modalidad de póker, en el caso de igualdad el pozo se repartirá en partes iguales.
Una opción de poker distinta y más vibrante
Como ya hemos destacado antes, el póker ofrece una gran variedad de alternativas para disfrutar y el Seven Card Stud es una de ellas. En esta opción se pueden encontrar diversos condimentos que pueden hacer de la partida un espectáculo mucho más intenso que en otras modalidades.
En particular, esto ofrece una gran oportunidad de poder especular con las cartas del resto de los jugadores de la mesa y de poder analizar con mayor precisión las combinaciones que cada jugador podría formar. Aunque eso también abre muchas más variantes de juego, lo que hace más indescifrable el juego final del adversario.
Por otro lado, el hecho de que se juegue con apuestas fijas vuelve mucho más predecible esta situación de juego, como así también el máximo de ocho jugadores que hay en cada partida. Con toda esta información, cada jugador puede tomar la oportunidad de vivir una experiencia nueva en el mundo del póquer y quizás, a través esta modalidad, hallar la que más le gusta. ¿Te animas a probar la variante de póker Seven Card Stud?