ANESAR exige control de acceso para establecimientos de SELAE y ONCE

La Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (ANESAR) ha reclamado mediante un escrito dirigido al Ministerio de Consumo que se exija a los establecimientos gestionados por el SELAE y la ONCE los mismos controles de acceso que los demandados a centros privados como casinos, sportsbook o salas de juego.

El escrito de ANESAR está en consonancia con otras corporaciones privadas del juego, que llevan meses señalando el trato de favor que se otorga a la entidades gestionadas de titularidad pública, como es el caso del SELAE.

Recordemos en el caso de los entes de juego públicos, solo se plantea la utilización del registro solo cuando se pretenda cobrar un premio que supere los 2 mil euros, pero no para evitar el acceso a estos juegos de azar. Algo que, sin embargo, sí se exige en cualquier establecimiento de juego privado radicado en España.

Esa asimetría legislativa es el detonante del texto, que tiene la firma del presidente de ANESAR, José Vall, y expone los siguientes términos:

Reclamamos que todos los puntos de venta físicos de los operadores públicos SELAE y ONCE cuenten con idénticos controles de acceso con que ya cuentan los establecimientos de juego de titularidad privada, de tal manera que se deba comprobar siempre y previo al acceso al juego la edad de los participantes y su no inclusión en los registros de interdicción de acceso al juego. Resulta necesario establecer un sistema de inspección para su comprobación, así como que el incumplimiento de estas obligaciones conlleve las mismas consecuencias para los titulares de establecimientos de gestión privada.

Para finalizar, el escrito de Vall concluye señalando que:

La declaración y reconocimiento expreso de los efectos perniciosos que los juegos reservados (juegos de gestión pública y los de la ONCE) pueden provocar en las personas, adquiere, por novedosa, una gran relevancia. Debemos celebrar esta toma en conciencia, puesto que, si se pueden derivar una serie de efectos perniciosos de la relación de algunas personas con el juego, cabe predicarlo exactamente igual de cualquier tipo de juego con independencia de su titularidad, cuestión que hasta ahora parecía cuestionada.